Título original : American Hustle
Dirección : David O. Russell
Nacionalidad : E.E.U.U
Género : Comedia/Suspense
Reparto :
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Christian Bale – Irving Rosenfeld
·
Bradley Cooper – Richie DiMaso
·
Amy Adams – Sydney Prosser
·
Jennifer Lawrence –
Rosalyn Rosenfeld
j Jeremy Renner - Carmine Polito
Web : www.americanhustle-movie.com
Duración : 138 min.
Guión : Eric Warren Singer / David O. Russell
SINOPSIS
Irving
Rosenfeld y Syndney Prosser, son dos grandes estafadores, que se ven obligados,
a cambio de favores legales, a trabajar para un turbulento agente del FBI,
Richie DiMaso. DiMaso introduce a los estafadores en el mundo de la política y
la mafia de Nueva Jersey. Los tres se asocian para planear una gran estafa en
la que se vén involucradas dos personas que pueden ser un obstáculo; Carmine
Polito, un político atrapado entre los intereses de los estafadores y los
agentes federales; y Rosalyn, la enérgica e histriónica mujer de Irving que
puede hacer que se descubra todo el pastel.
Nos encontramos ante una película que, en la edición de los Oscar's de éste año, pese a sus 10 nominaciones, no ha obtenido ningún premio; pero cuyo mérito si han sabido apreciar los Globos de Oro, al igual que otros certámenes a nivel de E.E.U.U. El título lo merece, mucho más, a mi parecer personal, que El Lobo de Wall Street, para gloria de David O. Russell, el mismo director que arrasó en la pasada edición con El lado bueno de las cosas. Justo de éste último título, O. Russel vuelve a contar con sus dos actores protagonistas (Jennifer Lawrence y Bradley Cooper), junto al resto del elenco, muy bien escogido.
La gran estafa americana es un juego de avaricia y traición, perfectamente hilvanado, entretenido, y nada forzado, en el que la historia se mueve dentro de un clima sutil, nada postizo, con una ambientación en la américa de los años 70 muy bien conseguida.
O. Russell logra crear en los personajes y en toda la historia, una belleza atemporal, que parece denotar que nunca hemos sabido nada de Jennifer Lawrence, Christian Bale o Bradley Cooper, como si no fueran seres interpretativos del momento actual, sino completamente del pasado. Scorsese podría haber tomado la misma receta para su Lobo de Wall Street.