UN BUEN COMIENZO

Doy rienda suelta a mi nuevo blog sobre cine en Blogger. El anterior, llamado LOS VIERNES AL SOL, lo tenía en la plataforma El País. Aunque hablar a éstas alturas de Crepúsculo no es muy actual. Pero una forma de empezar a darle un contenido, en todo el trabajo de composición y grafismo de éste nuevo blog, era comenzarlo rescatando algunos de los antiguos artículos de LOS VIERNES AL SOL, con críticas sobre películas que en su momentos fueron éxito, como la protagonizada por Kristeen Stewart y Robert Patinson.

viernes, 13 de junio de 2014

ISMAEL


 
 
Dirección : Marcelo Piñeyro.
Nacionalidad : España
Género : Drama
Reparto : Mario Casas, Larsson do Amaral, Belén Rueda, Juan Diego Botto, Sergi López y Ella Kweku.
Web : www.ismaelpelicula.com
Duración : 106 min.
Guión : Verónica Fernández, Marcelo Figueras, Marcelo Piñeyro

Ismael Tchou es un niño mulato de 8 años, que emprende un viaje solo, en tren, desde Madrid a Barcelona, en busca de la identidad de su verdadero padre. Cuenta como pista una pista que éste le escribió a su madre Alika (Ella Kweku), antes de abandonarla por estar embarazada del niño. Al llegar a Barcelona, descubrirá que la dirección de la carta es la de Nora (Belén Rueda), su atractiva abuela cincuentona y que su padre es Félix, el joven que huyó de Madrid años atrás por no saber afrontar la verdad del embarazo de Alika, y que ahora vive retirado en un pueblo de la Costa Brava, dando clase a niños conflictivos. Cuando Alika y su actual marido Luis (Juan Diego Botto), al que Ismael designa como su “otro padre”, se enteran de que Ismael está en Barcelona y acuden en su búsqueda, comienza una lucha de intereses sentimentales y personales, rencilla de un pasado oculto, en torno a la cuestión crucial ¿quién puede darle al pequeño la mejor atención y cariño?

Su arrolador trailer, con una música arrebatadora, al estilo de la comedia romántica norteamericana, hizo que me sintiera arrastrado a ver Ismael, una historia que prometía, viniendo de Marcelo Piñeyro, el director de El Método y Kamchatka.
En efecto, como especialidad en el director porteño, la historia de Ismael, el pequeño niño que abandona Madrid en busca de una dirección en Barcelona, buscando al padre que abandonó a su madre; está muy bien contada y llega al corazón si logramos sentirnos identificados con la misma, pero el resultado final es el de una película no del todo conseguida, con matices a mejorar como para que el filme hubiera podido pentrar en el amplio espectro de espectadores en los que suele pentetrar una pelicula-fenómeno.
Uno de esos matices, es el Felix interpretado por Mario Casas, cuyo rol le viene demasiado grande al famoso ídolo de adolescentes, que esta muy bien que interprete papeles de mayor, pero es que aquí la balanza cae por toneladas. Su papel es el de un lisiado, cojo, perdedor, profesor de unos niños conflictivos que, por arte de magia, se vuelven a lo largo de la trama, menos delincuentes y mas adorables. Ni siquiera los forzados gestos, ni ese look tan de moda de barbudo urdenground (dichosas tendencias actuales en moda masculina), hacen que nos creamos su situación.
Menos creíble, el papel protagonista, de niño excesivamente listo y emocional para su edad, Ismael, que encarna Larsson do Amaral, hijo de Alika g de su "otro padre adoptivo" Luis, interpretados por Ella Kweku y Juan Diego Botto respectivamente, cuyas interpretaciones sobresalen mucho màs y que salvan la pelīcula en cuanto a reparto se refiere.
Pero para mucho menos creíble, el flechazo inicial entre Nora (una Belėn Rueda que cobra peso en cada película que hace) y Jordi (un Sergi Lopez algo falto de fuerza), que sobra demasiado en la película (o que Piñeyro podría haber enfocado de otra manera) como para permitirse no tener ninguna relación con la trama principal, y no llegar a ningún desenlace.
Concedamos a Ismael, el honor de ser una historia que cautiva por su moraleja y su sugnificado, dentro del universo más destacado de Piñeyro; las relaciones humanas, donde incluso, como en Kamchatka, los niños adquieren especial protagonismo, aunque sea, la de Ismael, una historia muy mal matizada en su interpretaciones.